
La película comienza contando la infancia de Leónidas I y de su entrenamiento para ser el próximo rey.
Un día, siendo ya rey de Esparta, llega a visitarlo un emisario persa de Jerjes I. Éste le comunica la exigencia de pagar un tributo de tierra y agua a cambio de no arrasar Esparta. Leónidas se niega y asesina al emisario y a su escolta. Después de esto, decidido a plantarle cara al ejército persa, visita al oráculo, ya que ningún rey espartano podía ir a la guerra sin hacerlo. El oráculo le prohibió que fuese; sin embargo, Leónidas, con la decisión ya tomada, no hizo caso.
Ante la inminente batalla, con la decisión de luchar en las Termópilas ya tomada, mandó a su capitán a que reuniera un ejército de 300 guerreros que tuviesen descendencia. Así intentó justificar su marcha a la batalla, pues al ir solo con trescientos hombres, era verdad que no estaba enviando al ejército espartano a la guerra, con lo cual ---en apariencia--- no incumplía la prohibición del oráculo. De camino a las Termópilas, se encontró con el ejército ateniense, el cual se unió a ellos.
Una vez llegados al lugar de la batalla, recibieron a un segundo emisario persa, el cual también murió tras reiterarle Leónidas su negativa a la rendición y al tributo. Ante esto, Jerjes comienza a enviar ráfagas de tropas que van cayendo sucesivamente ante los trescientos guerreros espartanos.
Jerjes, desesperado por los fracasos sucesivos de sus tropas, envía a

Con Leónidas muerto y superado ese obstáculo, Jerjes avanza hacia las polis. Pero, para su sorpresa y a pesar de contar aún con 30.000 hombres, se encuentra con un ejército de 10.000 soldados esperándolo.
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